El anarquista Ramón Delgado López había formado parte del Comité de CNT de Zalamea, y huyó al monte cuando en 1936, las bandas franquistas entraron en el pueblo sembrando represión y muerte. El 30 de enero de 1938, elementos de la guardia civil y falangistas realizaron batidas y registros en las casas de Republicanos huidos. Modesta Vázquez confesó al cura de Zalamea que su marido, Ramón Delgado, había regresado del monte y estaba oculto en casa. Pero el secreto, en manos del párroco, desató la malaventura. Seguir leyendo