El ASESINATO, en Zaragoza en 1936, de BERNARDO ALADRÉN MONTERDE, líder Socialista y concejal del Ayuntamiento REPUBLICANO zaragozano

Bernardo Aladren Monterde word pressBernardo Aladrén Monterde nació en Zaragoza en 1890 en una familia extraordinariamente humilde. En 1899, a los 9 años fue llevado al Hospicio Provincial a instancias de su abuela paterna, ya que su padre Felipe estaba preso en la cárcel de Zaragoza por manifestarse en contra de que el Estado asumiera las deudas coloniales, la no amortización de la deuda pública y el establecimiento del impuesto de utilidades. Cuando el padre salió de la cárcel se desentendió de él. Su madre, Tomasa, había fallecido con 38 años de una tuberculosis pulmonar. En el hospicio permaneció hasta 1905, donde aprendió el oficio de impresor.

No tuvo una niñez muy feliz, la vida le había maltratado cruelmente, lo que endureció su carácter. Bernardo era hombre de genio y de temperamento cuando la situación lo exigía. Muy trabajador y de gran empuje. Dormía poco y trabajaba mucho. Entendía su gran vocación política como la mejor posibilidad de luchar contra todo tipo de injusticias. Firme en sus convicciones, sabiéndolas defender costara lo que costara. Supo escalar los más altos cargos políticos, supliendo su escasa formación con fuerza y empuje, con su castellano mellado, era capaz de construir discursos recios, desafiantes y convincentes. Era empecinado, un tanto agresivo con sus palabras, como un gallo de pelea. Fue un hombre más de acción que de palabra.

Se inició en 1916, en el Partido Radical de Alejandro Lerroux, como Presidente de la Juventud Rebelde. Posteriormente llegó a las filas anarquistas, en 1920 presidió la reunión convocada para constituir el sindicato de Artes Gráficas de la CNT y fue su primer presidente hasta 1923, acabando en 1926 en las filas socialistas, UGT y PSOE, siendo una figura destacada en ambas instituciones tanto en Zaragoza capital y provincia, como en Aragón a la llegada de la II República. Estuvo implicado en Zaragoza con la sublevación de Jaca de Diciembre de 1930, lo que le costó pena de cárcel. Aladrén fue la figura dominante del socialismo zaragozano durante la II República.

Fue Presidente de la Agrupación Socialista, de la Federación Local de la UGT en Enero de 1930 y Secretario General de la Federación Provincial de la UGT zaragozana desde su constitución en mayo de 1931.En 1931 era jefe de la minoría socialista en el Ayuntamiento Republicano de Zaragoza, y 2º Teniente de Alcalde, siendo un gran defensor de los intereses de la clase obrera, de la democracia, de la educación, del laicismo, así como una revisión crítica de los ayuntamientos anteriores.

Muy consciente del problema agrario y de la situación del campesinado, insistió ante el gobierno de la nación para que la provincia de Zaragoza fuera incluida en la reforma agraria, actuación que lo llevó a presidir el Jurado Mixto de Trabajo Rural en 1933. Estuvo en la cárcel en Abril y Mayo de 1934 como miembro del Comité de la huelga convocada en Zaragoza en abril de ese año por la CNT y la UGT y fue detenido de nuevo a finales de Noviembre de 1934 por su participación en la preparación del la revolución de Octubre de 1934. Aladrén y todos los concejales socialistas fueron encarcelados.

En febrero del 36, tras el triunfo del Frente Popular, se constituyó la Comisión Gestora Provincial bajo la presidencia del Gobernador Civil, Ángel Vera Coronel, y con la presencia de los diputados socialistas, Antonio Plano, Antonio Ruiz y Bernardo Aladrén. El 18 de julio en Zaragoza, la indecisión de Vera Coronel al negarse a proporcionar las armas a la CNT y UGT provocó el triunfo del golpe militar en Zaragoza. Todos los cuarteles estuvieron rodeados por obreros de la CNT y de la UGT, absolutamente desarmados, esperando que las gestiones de socialistas y republicanos, dieran el resultado esperado y les entregasen armas para defender el régimen Republicano. Aunque Coronel mantuvo durante 2 días armado el edificio gubernamental con algunos leales, las armas llegaron tarde a las milicias Republicanas, Aladrén no pudo aguantar el encierro voluntario, y se echó a la calle. Fue detenido por unos falangistas y el 9 de agosto de 1936 fue asesinado de un tiro en la nuca.

El régimen franquista tenía las ideas muy claras. Había que exterminar cualquier disidencia, no se debían reparar medios por crueles que estos fueran. Los “enemigos” del Régimen tenían que ser perseguidos hasta en las tumbas. Fue el caso de Bernardo Aladrén, después de su asesinato, los felones franquistas le sometieron a un juicio en febrero de 1941, a través del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Zaragoza, para averiguar su comportamiento político durante los años de la II República. Su expediente fue sobreseído en el año siguiente por insolvencia.


Documentos: Andalán (Cándido Marquesán Millán). Ayuntamiento de Zaragoza. Fundación Pablo Iglesias


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española