Buscando venganza. La noche del atentado a carrero blanco, el 20 de Diciembre de 1973, un policía franquista ASESINÓ en Madrid de un disparo al camarero PEDRO BARRIOS GONZÁLEZ

Pedro Barrios Gonzalez word pressLa muerte de Pedro Barrios sólo la recogieron algunos periódicos, y cuando lo hicieron fue para sugerir su posible vinculación con el atentado de Carrero Blanco. Se hablaba de una noche de los cuchillos largos que llevó a conocidos opositores al régimen a dejar sus domicilios, mientras la Policía, tan excitada como desconcertada, realizaba controles y detenciones tan disparatadas como cómicas en las calles madrileñas. Al caer la tarde, la capital estaba vacía, silenciosa, como si se hubiera decretado el toque de queda aderezado con miedo. En realidad no hacía falta, pues prácticamente nadie, ni coches ni peatones, estaban en la calle, la mayor parte de los locales habían cerrado.

A las 11 de la noche, el joven Pedro Barrios González de 19 años, salía de trabajar del recién inaugurado Drugstore de la calle Velázquez, sucesor del abierto poco antes en la calle Fuencarral. Quedó con una amiga en aquel Madrid desierto, tomaron un café y se fue andando a su casa ya cercana, deseaba llegar pronto, era un día tan desapacible como peligroso. La lluvia arreciaba, así que decidió refugiarse en un portal que vio abierto. Era el edificio en el que estaba Simón Sánchez Montero, histórico dirigente del Partido Comunista.

Esa noche inclemente miembros de la brigada político social franquista entraron en un piso del número 13 de de la calle Alonso Heredia donde detuvieron a Simón Sánchez Montero, un histórico militante comunista que ocupaba un piso franco del PCE, convencidos de su relación con el atentado. De repente, el joven que se había refugiado de la lluvia en el portal oyó de repente un estrépito tremendo, voces, gritos y gente bajando por la escalera.

Pedro Barrios salió corriendo por la estrecha acera apenas iluminada por la luz verdosa y mustia de los faroles todavía de gas. Todo sucedió rápidamente. Un grito de alto, seco y rudo, al que siguieron un disparo y otros gritos. Se asustó y se refugió detrás de una furgoneta. Al salir a la calzada un policía que había enfrente le disparó y le alcanzó en la cabeza, la bala le atravesó la mandíbula y quedó alojada en la parte trasera de su cuello.

El día 5 de enero, tras 2 semanas de agonía, Pedro murió en el cercano Gran Hospital. La prensa apenas recogió la noticia, y los escasos comentarios fueron para dar a entender que algo tendría que ver Pedro con el atentado a carrero, pues entonces de la actuación policial no se decía palabra. De los muertos de ese día, carrero blanco, su chófer y el policía de escolta, el único que se ocultó y luego se olvidó fue el de Pedro Barrios. Su recuerdo, como los Drugstore, se fue deshaciendo con el tiempo, quedando apenas prendido de un recorte de periódico.


Documentos: Diario de Sevilla (Fernando Castillo). Cadena Ser (Josema Jiménez)


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española