Los jornaleros REPUBLICANOS Remigio Martín Arbulo, Eulogio Jiménez Fernández y Juan Gil Gómez, fueron cruelmente torturados y asesinados por elementos franquistas en Gavilanes (Ávila), en 1936

Gavilanes word pressLos trabajos de exhumación de 3 víctimas del franquismo han dado como resultado la aparición, junto a los restos óseos, de más de 55 clavos de unos 7 centímetros, algunos de ellos entre los huesos de la muñeca o muy pegados al fémur. Fueron clavados en las piernas, en los brazos, en las muñecas, indicando que los Republicanos fueron torturados, antes de ser asesinados, la noche del 14 al 15 de noviembre de 1936 en el paraje de El Portalón, a menos de un kilómetro de Gavilanes. También se han encontrado 2 balas de los tiros de gracia alojadas junto a los cráneos.

La aparición de los restos también hay que agradecérsela a Paulino, un vecino del Pedro Bernardo (Ávila) de 1936, que arriesgó su vida para salvar los 3 cuerpos de los lobos. Paulino escuchó los disparos en el monte, y al acercarse se encontró con los cuerpos recién asesinados. Lejos de huir decidió convertirse en uno de esos héroes anónimos y silenciosos de la guerra civil, y jugándose la vida decidió desafiar la ‘noche de lobos’ y con tan solo una fogata para calentarse pasó la noche a la intemperie, velando los cuerpos y evitando que los lobos se dieran un festín con los cuerpos de los recién fusilados. Las víctimas eran:

Remigio Martín Arbulo nació en Gavilanes en 1904, tenía 31 años. Era miembro de la UGT de Gavilanes al igual que sus dos hermanos Florentino y Marcos. Esta casado con María Nieves Jiménez Fernández, con la que tenía 4 hijos de 5, 3 y 2 años y una 4ª niña de 3 días. Marcos era voluntario en las filas Republicanas marchándose del pueblo en agosto del 36, con 26 años. Los falangistas le asesinaron 2 meses después en Pedro Bernardo.

Eulogio Jiménez Fernández tenía 31 años, era jornalero y militante de la UGT de Gavilanes, donde había nacido. Estaba casado con Severiana Blázquez Martín con la que tenía 3 hijos de 7, 5 y 2 años. Al triunfar el golpe de Estado de julio de 1936 fue detenido y asesinado por elementos franquistas. Era cuñado de Remigio.

Juan Gil Gómez, tenía 31 años, era jornalero, estaba casado con Natalia Blázquez.

La búsqueda de los restos empezó en un pinar, que durante años había sido lugar de peregrinación de los familiares, donde cada domingo depositaban un ramo de flores. La máquina excavadora descubrió los primeros restos óseos. Dos cráneos estaban totalmente reventados, unas tablas encontradas junto a 2 de los cráneos confirman los testimonios de que ‘una señora del pueblo recogió con su mandil los sesos desparramados por el suelo de las víctimas y los colocó’. Se procedió a poner una denuncia en el cuartel de la guardia civil de Pedro Bernardo. Posteriormente se personaron en dicho paraje 2 agentes de la guardia civil, la policía Judicial y la médico forense de la ciudad de Ávila.

El presidente del Foro por la Memoria de Ávila, Bruno Coca, recogiendo las palabras de Carlos Jiménez Contreras, uno de los vecinos del pueblo que más ha luchado por realizar esta exhumación, ha calificado los trabajos como una ‘exhumación de libro’. Bruno Coca, ha declarado que «en estas situaciones lo más importante son los familiares de las víctimas que llevaban muchos años esperando recuperar los restos de sus deudos».

Gregoria Agudo Gil, sobrina de Juan Gil Gómez, comentaba que “..es un día muy esperado para los familiares, pero está siendo muy duro, saber que torturaron con clavos a mi tío me rompe el corazón. Les trataron peor que a animales, ahora creo que el hombre es malo por naturaleza dadas las barbaridades que es capaz de hacer..”. Los restos entregados fueron inhumados en el cementerio municipal de Gavilanes.


Documentos: Público (Rodrigo San Pedro). Fundación Pablo Iglesias (Eulogio, Remigio). Ministerio de la Presidencia. El Norte de Castilla (ICAL). Convocatoria Cívica


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española