REPUBLICANOS de Jaraíz de la Vera (Cáceres), ASESINADOS por criminales franquistas

Jaraiz de la VeraEn Jaraíz no hubo guerra, no hubo enfrentamientos directos entre las gentes del pueblo. Llegaron los golpistas y se hicieron con todo, los falangistas, a quienes los terratenientes mandaban a buscar a unos y a otros, se hinchaban a jamón, pan y vino. A los del ayuntamiento los cogieron, los encarcelaron, los fusilaron y listo, se acabó. En aquellos años en Jaraíz hubo hubo crímenes horrorosos, una desgracia las cosas que pasaron.

A 2 pobres mujeres unos terratenientes les prepararon un viacrucis, una era de Jaraíz, Julia “La Santanderina”, y la otra, Cándida de Torremenga, que estaba embarazada. A ambas, les cortaron el pelo, les pusieron un letrero delante y otro en la espalda, y los pistoleros detrás de ellas les hicieron recorrer todo el pueblo. Por la noche las llevaron a matar donde enterraban las bestias antes, en el “Cerro de los Pinos” de Jaraíz de la Vera. Después los muy canallas “medioenterraron a las 2 pobres mujeres, porque eran socialistas, Republicanas, y también muy buenas personas. Tenían sus ideas y por eso las mataron”.

Existen contundentes testimonios sobre el elevado número de Republicanos fusilados que aparecían en la orilla del río Tajo, poniendo de manifiesto que el puente de Almaraz fue lugar de frecuentes ejecuciones durante los primeros meses de guerra civil. Como también lo fue el puente del Cardenal, situado en el parque de Monfragüe, sobre el mismo río. Los muertos eran después arrojados al río, que arrastraba los cuerpos despareciendo en algunos casos. Los cadáveres que aparecían flotando aguas abajo del puente de Almaraz, eran recogidos para enterrarlos en el cementerio de la localidad, pero ante el ingente número de cuerpos que aparecían dejó de hacerse porque no habían sepulturas suficientes

Llegaron detenidos un total de 35 vecinos de Jaraíz que sacaron de la prisión ubicada en Plasencia, y lejos de devolverlos a su población, una noche “sacaron” a 22 de ellos, mientras que el resto permanecieron encarcelados. “A estos 22 que sólo eran unos desgraciados», los ataron de pies y manos, los llevaron al puente Cardenal en Monfragüe, los mataron y los tiraron al río Tajo. Hay un monumento dedicado a ellos en el puente, y entre los nombres, un padre y un hijo, un chiquillo con 18 años no cumplidos. Hay testimonios unánimes que describen que uno de los fusilados no falleció, consiguiendo, tras ser lanzado al agua, alcanzar la orilla. Pudo llegar a tierra firme y se refugió en una finca próxima, pero fue denunciada su presencia a los falangistas, que sin dilación fueron en su búsqueda y le dieron muerte. Trágico final para este superviviente que muestra el contumaz deseo de los criminales golpistas de acabar con la vida de los desafectos, sin importarles las circunstancias y el momento.

Se conocen las identidades de algunas de las víctimas asesinadas en el puente del Cardenal:

Pero Marín Crespo Sánchez; Lorenzo Justo García; Juan Justo García; Teodoro Pérez Martín; Eusebio Santos Amor; Antonio García; Juan Lesna; Severiano Núñez García; y también, de apellidos no conocidos pero testificados por los vecinos: Mariano, Matea, Juan, los “Cundo” (padre e hijo), “Tío Granjero”, y “Chindo”, entre otros.

Se conocen otras víctimas del franquismo en Jaraíz: Emiliano Macías Díaz, asesinado en la carretera de la Bazagona; Feliciano Almagro, de Talayuela, “Porrita” que cayó en Tejeda de Tiétar, “Jarrote”. Y Leonardo, de Aliseda; o ‘Aldeanito’, que perdió su vida en Puerto de Perales.

Además, no hay que olvidar a naturales y/o vecino de Jaraíz que fueron asesinados por los rebeldes en otros lugares:
Celestino Sánchez Trujillo, en 1915. Era estudiante, los fascistas le fusilaron en Guadalajara el 5 de diciembre de 1940.
Domingo Cándido Luengo Fernández, natural de Jaraíz de la Vera. Era estudiante, y Capitán de sanidad. Fue fusilado por el franquismo el 5 de agosto de 1939 en el Cementerio del Este Madrid
– Y el maestro de Jaraíz de la Vera Severiano Núñez García, natural de Barrado (Cáceres), comprometido con los valores Republicanos de igualdad, pluralismo y libertad, era un problema para los terratenientes, que no estaban dispuestos a permitir que se promocionara la igualdad social desde la Escuelas Republicanas. Un “tribunal” sedicioso le acusó de «delito de rebelión militar», y el 16 de septiembre de 1936 un piquete de ejecución lo acribilló a muerte con 20 balazos en el cementerio de Plasencia

Cándida «la de Torremenga» y Julia “La Santanderina” no han caído en el olvido. En el año 2003, unas 70 personas se reunieron para recordarles: Familiares, Unidad Ciudadana por la República, otros colectivos de izquierdas, supervivientes del movimiento Maqui y de la guerrilla que luchó en los montes extremeños contra los mercenarrios armados que defendían el régimen franquista. Los asistentes rindieron un homenaje público en Villa Real de San Carlos, cerca de Mofragüe, a estos hombres y mujeres descubriendo una placa con sus nombres en el lugar en que fueron fusilados, el Puente del Cardenal, sobre el Río Tajo.


Documentos: El Periódico de Extremadura, Dignidad para los Guerrilleros. La Memoria Viva (Pedro Vicente Romero de Castilla Ramos). Imagen Puente del Cardenal de Laurent, siglo XIX


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española