El 5 de Agosto de 1939, forajidos franquistas ASESINARON a VIRTUDES GONZÁLEZ GARCÍA, una de las 13 Rosas, en las tapias del cementerio del Este de Madrid

Virtudes Gonzalez Garcia word pressVirtudes González García, nació en 1922 en Madrid, donde trabajaba como modista. En agosto de 1936 se afilió a las JSU, entrando después a la Comisión de Organización del Comité Provincial. En las JSU conoció a su novio, Vicente Ollero, jefe de Radio Oeste para la juventud al final de la guerra. Ella hizo de enlace entre Vicente y la dirección madrileña. En las JSU Virtudes entabló amistad con María del Carmen Cuesta Rodríguez, de 15 años, que durante la guerra había sido secretaria de Cometas, una organización de las JSU que atendía a los hijos de militantes de las juventudes y del PCE con actividades que les alejaran de los horrores de la guerra.

Virtudes convenció a María del Carmen para recorrer los pueblos de los alrededores de la capital, que no se rindieran, que entregar Madrid a los franquistas no iba a traer más que cárcel, sufrimiento y venganza, como ya había ocurrido en otras ciudades ocupadas antes por los nazionales. Sus palabras no sirvieron de nada. El 5 de marzo de 1939 el golpe de estado del coronel Segismundo Casado, junto con los anarquistas y muchos socialistas, derribó al gobierno del socialista Juan Negrín y entregó Madrid a los facistas. Las tropas de Franco entraron en la Capital sin pegar un tiro tras 3 años de esfuerzos baldíos frente a la feroz resistencia Republicana. El final de la guerra civil no trajo la paz, sino una terrible represión para eliminar al enemigo vencido y al disidente. Fueron días de miedo y nervios, de no saber qué hacer ni dónde ir. De dormir en casas de amigos por miedo a las delaciones. Virtudes y María del Carmen tenían ante sí una labor hercúlea que las convertirían héroes.

El aparato represivo franquista arrancó con interrogatorios y espantosas torturas a los militantes de las JSU y del PCE que cayeron en su poder. Así fue como la canalla franquista consiguió nombres, direcciones, información, que permitió que en días sucesivos fueron encarcelando a muchos compañeros. Cada día se producían nuevas detenciones, la represión cayó sobre todos sin excepciones, entre ellos las 13 Rosas. Virtudes fue detenida el 16 de Mayo de 1939 acusada de intentar reconstruir las JSU y de intervenir en «actos de sabotaje e intentos de complot».

En la prisión se hacinaban en condiciones lamentables cientos de mujeres, detenidas por haber gritado contra los aviones que bombardeaban Madrid, por ser de izquierdas, por votar al Frente Popular o lavar ropa para las milicias. Muchas sin acusación alguna, rehenes de los vencedores para facilitar la detención del marido, el hijo o el hermano huidos. Convivían madres con sus hijos pequeños, ancianas y muchachas casi niñas se fueron sumando en días sucesivos. Relata María del Carmen Cuesta como reconoció a Virtudes en prisión: “aunque estaba todo muy oscuro, la risa de Virtudes era especial, un cascabel. Una chica guapísima, morena, con la nariz aguileña y permanentemente alegre. Contagiaba, recordaba que a pesar de todo el mundo no era un lugar infernal, nos hacía olvidar por un momento que el fascismo nos había golpeado y no nos dejaba respirar. Lo importante que era esa risa en medio de ese mundo lleno de dolor y llanto”. Pero ¿Se podría reír en ese mundo? Esperaban días verdaderamente horrorosos. Los interrogatorios se producían de madrugada, para no poder conciliar el sueño y agotar la resistencia. Se oían gritos gritos estremecedores, espantosos . Las compañeras pasaban por los baños de agua fría, bofetadas, palizas, vejaciones, anillas eléctricas…

En las arengas del fiscal, durante la farsa judicial a que fueron sometidas las 13 Rosas, se gritaba cualquier barbaridad. “..las determinantes político-jurídicas del nuevo orden estatal, que el ejército y la falange han dado e impuesto a España…la época marxista, la perversidad de sus afiliados, la falta de patriotismo de los traidores…organizaciones como la masonería, son los culpables de la tragedia y del crimen que se perpetró en nuestra patria..”. Y la acusación más grave, que proyectaban un golpe de mano el día del desfile de la victoria. Un discurso para justificar las 58 penas de muerte que reclamaba el fiscal, incluidas las Rosas. Las acusaciones contra todos ellos reiteraban su militancia en las JSU, el PCE o en el «Socorro Rojo». Como responsables de un delito de «rebelión militar» fueron condenados a muerte.

Virtudes González García entre escalofríos, escuchó su nombre en voz alta en medio de las celdas. Las presas salieron hacia el paredón de 2 en 2. La madre de Virtudes pudo ver cómo montaban a su hija en el camión para conducirla a la muerte. Gritó todo cuanto pudo “¡Canallas! ¡Asesinos! ¡Dejad a mi hija!”, corrió tras el camión cayendo de bruces. La metieron en la prisión, donde quedó encarcelada. Cada día se acercaba a la celda donde había estado su hija antes de ser fusilada y la buscaba. Virtudes fue fusilada el 5 de Agosto de 1939 en las tapias del Cementerio del Este de Madrid. Tenía 18 años. Soñaba con un futuro prometedor, por eso fue asesinada contra la tapia de un cementerio, por decirle a la gente que nunca permitiesen que les arrebataran la libertad. Su novio Vicente fue fusilado solo unas horas antes en la misma tapia en la que ella había sido asesinada.

En esas tapias fueron asesinadas las 13 Rosas, con edades entre los 19 y los 29 años: Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, sin olvidar a Antonia Torre Yela, la Rosa n.º 14, fusilada pocos meses después.


Documentos: El libro Trece rosas rojas (Carlos Fonseca). Las Sinsombrero. La Voz de la República. Wikipedia


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española