El Flujo de la Barbarie

El flujo de la barbarie word pressLucía Montesdeoca se aferraba a su bebé de apenas dos semanas, retenida en el centro de detención de la calle Luis Antúnez, golpeada y humillada, sentada en el suelo en un rincón de la sucia habitación reconvertida en celda, se escuchaban los gritos de hombres y mujeres que en ese momento eran torturados, la mujer había perdido la noción del tiempo, llevaba tres días encerrada en la semioscuridad desde que la detuvieron en el barrio de Vegueta, cuando salía del consultorio médico donde se reunía con los pocos compañeros del sindicato que quedaban vivos. Seguir leyendo