Antonio Morales Pino nació en 1886 en Aguilar de la Frontera (Córdoba), hijo de Francisco y de Purificación. Era jornalero y obrero en la factoría de Carbonell & Cía. Se casó con Francisca Capote Alhama, tuvieron 4 hijos, Rafael, Purificación, Juan y Francisco. Antonio ingresó en el PSOE motivado por la situación de injusticia de la clase trabajadora. En 1936, en Aguilar no había conflictos sociales, las bases para el trabajo del año 1936 se firmaron sin ninguna dificultad.
El 18 de Julio del 36, los obreros agrícolas tomaron el pueblo. El teniente de la guardia civil, aseguró fidelidad a la República, pero al día siguiente la guardia civil publicó un bando de guerra, y encarceló a la mayor parte de la Corporación Municipal Republicana. En ayuda de los rebeldes, el 24 de julio aviones nazionales bombardearon Aguilar, murieron 4 personas, muchos vecinos huyeron, entre ellos Antonio Morales Pino y su familia. El 25 de julio llegaron más elementos de la guardia civil, que terminaron de tomar la localidad. Comenzó la represión, la guardia civil fusiló a mas de un centenar de personas, entre ellos al alcalde socialista José María León Jiménez que fue asesinado el 2 de agosto.
A finales del mes de julio, Antonio y otros hombres decidieron ir al Socorro Rojo en Puente Genil, para aprovisionar de alimentos y otros menesteres a sus familias. Sin embargo, el 31 de julio la localidad estaba siendo tomada por los rebeldes de Castejón: legionarios, requetés, falangistas y bandas armadas del ejército sublevado, baterías, vehículos blindados, y columnas de guardias civiles. Tras tomar Puente Genil la represión fue salvaje, la matanza fue horrorosa, ese día y los siguientes se llevaron a cabo mas de mil fusilamientos.
Antonio y varios acompañantes más, fueron detenidos, encarcelados y el 31 de Julio conducidos a la cárcel de Aguilar de la Frontera. La madrugada del 1 de Agosto fueron trasladados en un camión a un paraje del término de Puente Genil, el «camino de las vigas», donde les dieron muerte a todos: Antonio Morales Pino (50 años) a Manuel Jiménez Espino (17 años) a sus tíos Antonio Espino Jiménez (36 años) y Manuel Espino Jiménez (26 años), a Jose Maria Alba Olmo (30 años) y a Manuel Espada Casaña (33 años).
La verdad apareció a los 75 años de lo sucedido, La intervención realizada por AREMEHISA, (Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera en 2011, arrojo un resultado inesperado. De la fosa 21, se exhumaron los cuerpos de 10 hombres, en 2 depósitos distintos, cada uno con 5 varones. Esta fosa formaba parte del entramado de enterramientos clandestinos que los asesinos utilizaron en el interior del cementerio para ocultar los cuerpos de 70 personas, asesinadas entre los últimos días del mes de julio de 1936 y el 16 de agosto.
Las identificaciones de ADN y el estudio antropológico, realizadas a los familiares, y a los restos exhumados determinaron la identidad de Antonio Morales Pino, junto a sus compañeros de infortunio, confirmando la falta de piedad, el engaño consumado de sus verdugos, y el deseo premeditado de que jamás fuesen encontrados sus cuerpos. Un informe del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, firmado de puño de letra por su alcalde, con fecha 9 de marzo de 1940, dice textualmente en relación a Antonio Morales Pino: » … fue fusilado en esta ciudad, como elemento destacado del marxismo y por oponerse al Movimiento Nazional.»
En 2012, los restos mortales de Antonio Morales Pino fueron enterrados dignamente por sus familiares. La historia de Antonio, sin duda alguna, es otra de esas historias silenciadas oficialmente en este país durante demasiados años. Una historia donde las vidas de las personas valientes y leales, justas y sencillas como él, fueron arrancadas de raíz y ocultadas para que nadie las llegara nunca a conocer, ni saber jamás de ellas. Una historia de larga injusticia y larga memoria. Una historia de huérfanos y viudas, de padres e hijos que lloraron y recordaron sobre todo a sus muertos, sin cejar nunca ni perder la esperanza de encontrarlos algún día. Una historia rescatada del olvido para ser conocida.
Original en Público (Rafael Espino Navarro)
En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española