María y Antonio Contreras Gabarri, y Anastasio Leal Terradillo, ASESINADOS por una bomba de la ultraderecha en Bilbao, en 1980. Los terroristas nunca fueron investigados ni detenidos

Maria Contreras Gabarri 2 word pressA las 21.33 de la noche del 23 de julio de 1980, un artefacto explosivo compuesto por entre 2 y 3 kilos de goma-2 provocó una terrible explosión en la calle General Salazar de Bilbao cerca de la plaza de Amézola. Como consecuencia murieron en el acto 2 personas de etnia gitana que estaban recogiendo cartones; María Contreras Gabarri de 17 años, y su hermano Antonio de 12 años; además resultó gravemente herido el empleado de limpieza municipal Anastasio Leal Terradillos, de 59 años, natural de Cabezuela del Valle, que murió horas más tarde.

María estaba embarazada de 9 meses y, al resultar destrozada por la violencia de la explosión, su vientre quedó abierto, y el feto se desprendió del cuerpo materno quedando tendido a su lado; nunca llegaría a nacer ni a tener nombre. Su hermano Antonio resultó desplazado 40 metros por la onda explosiva. Ambos murieron en el acto. Restos humanos se esparcieron en un radio de 50 metros llegando algunos hasta un tercer piso.

Hubo una reivindicación del atentado por la organización ulttraderechista “Triple A”, aunque la policía española, sin duda la mejor informada, terminó achacando el crimen a otros franquistas, el “Batallón Vasco Español”. Desde la izquierda abertzale se declaró que el atentado buscaba causar daños materiales sobre una guardería cercana por ser propiedad de Antonio Artiñano, concejal de Herri Batasuna en Zeberio. Las paredes de la guardería estaban cubiertas con propaganda electoral de EAJ/PNV, lo que también pudo confundir a los autores del atentado. Se halló un explosivo falso en el interior de la guardería. Existía colindante un batzoki (sede del PNV). Nunca se investigó ni juzgó a sus autores.

La hija del empleado del servicio de limpieza recuerda la muerte de su padre: «Sabíamos que la bomba no iba contra él, pero lo que más me duele es que no se haya localizado a sus autores. […] Salimos adelante mi madre y mis hermanos, con nuestro esfuerzo. Lo que hoy lamentamos es que no haya un reconocimiento de estas víctimas, similar a las de ETA».

En 1980, la extrema derecha españolista había desarrollado una gran actividad. Pocos días antes un atentado reivindicado por falange había hecho estallar una bomba de «goma 2» en el Ayuntamiento de Lemoa. El resultado más trágico, hasta entonces, había tenido lugar el 20 de enero con el atentado al bar Aldana de Alonsotegi (Vizcaya), frecuentado por simpatizantes y afiliados a EAJ/PNV, realizado también con una bomba de «goma 2», y reivindicado por el terrorismo franquista de los GAE (Grupos Armados Españoles), que acabó con la vida de 4 personas y dejó más de 10 heridos.

Desde entonces se habían producido atentados similares con artefactos explosivos en Errentería, Astigarraga y Begoña. El batzoki de Derio había sufrido el último la noche del 17 al 18 de julio. Otro batzoki también atacado, aunque por un método diferente, había sido el de Erandio Goikoa, que fue ametrallado.

Asesinar a un niño, a una niña tiene un plus de crueldad; si todo fue un sinsentido, jugar con la vida de una criatura es el mayor de los dolores que alguien puede infligir sobre los demás; Matar a un niño es matar una vida estrenándose, es degollar el aliento y el inicio de un recorrido vital. No es un error, simplemente es un horror inadmisible.

Hasta el momento, estos asesinatos siguen impunes, sin que los asesinos hayan recibido ningún castigo.


Documentos: Noticias de Gipuzcoa (Mikel Uriguen Inunziaga). El Correo (Fabián Laespada). Wikipedia. Imagen de «El Correo Español, El Pueblo Vasco»


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española