José Ortiz Garrido nació en Benacazón (Sevilla) en 1894, era carpintero de profesión. Estaba casado con Isabel Machuca de la Rosa. El matrimonio tenía 6 hijos. Miembro del PSOE, José encabezaba como alcalde el Ayuntamiento Republicano de su pueblo natal, Benacazón. Para José no existía contradicción entre su militancia socialista, y su condición como hermano de la vírgen del Rocío. Estaba empeñado en conseguir grupos escolares para su pueblo, por lo que viajó hasta el Ministerio de Instrucción Pública en Madrid para finalmente materializar esta exigencia.
La llegada de las tropas franquistas a la ciudad produjo miedo y terror en el pueblo, ya que era conocida la represión que se estaba llevando a cabo en los pueblos de la provincia. Ante la presencia de la guardia civil en Benacazón, y las terribles noticias que llegaban de las matanzas que los franquistas estaban realizando en Sevilla, José Ortiz se escondió en la era del trapero. Su hijo Manuel, de 15 años, le llevaba para comer lo que podía durante la noche.
Aunque en el pueblo nunca hubo guerra ni resistencia al golpe de Estado, los fascistas no tardaron mucho en dar cuenta de su misión criminal, deteniendo a los que consideraban “elementos subversivos”, sindicalistas, maestros, concejales, significados en la defensa de la lucha obrera. Pero los franquistas buscaban a José Ortiz, al alcalde socialista. A su hijo le apuntaron con la pistola en la cabeza para forzarle a desvelar el paradero de José, pero Manuel no cedió, y aseguró que desconocía donde se hallaba su padre.
Al conocer estos hechos y entender que la vida de su hijo estaba amenazada, José volvió a su casa, no estaba dispuesto a poner en peligro la vida de su familia. Fue entonces cuando la guardia civil lo arrestó y lo secuestró. José Ortiz Garrido, con 42 años, fue asesinado por los franquistas el 10 de agosto de 1936, en aplicación del bando de guerra. La ejecución sucedió en un paraje del término municipal de Aznalcázar. Ahí quedó tirado el cuerpo del alcalde socialista. Lo arrojaron a una fosa común en el mismo lugar donde fue ejecutado, junto a otro grupo de recién asesinados. Hasta que alguien recuperó el cadáver y lo trasladó a Benacazón. La familia del alcalde nunca supo quién fue aquella persona que arrojó el cuerpo por la antigua tapia trasera del cementerio, y allí lo enterró.
En reunión pública, organizada por el ayuntamiento de Benacazón su biznieta M.ª José informó de la localización de los restos de José Ortiz. La exhumación realizada en fechas recientes muestra un cráneo con un agujero de bala en la frente, y huesos encontrados alrededor, que manifiestan que recibió fuertes golpes antes de morir.
«Mi abuela siempre decía tu abuelo no hizo nada», recuerda María Nieves Ortiz Martín (61 años), nieta de José Ortiz e hija de Manuel Ortiz Machuca. Su propio padre, fue a quien los fascistas amenazaron de muerte si no desvelaba el paradero del alcalde socialista. «A mi padre lo amenazaban porque iba a llevarle comida, pero Manuel nunca dijo dónde estaba José, aunque le apuntaron con una pistola», subraya María. “El padre, una vez que conoció lo que estaba pasando con su hijo, regresó, fue el momento que aprovecharon los franquistas para prenderle y acabar con su vida a tiros”.
«A mi abuela le quitaron todas las cosas, venían una vez y otra vez a pedirle dinero», señala Isabel García, hija de María: Tras el asesinato de José, los golpistas aplicaron sendos expedientes de incautación de bienes y de responsabilidades políticas, según la información aportada por el historiador José María García Márquez en el libro Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963).
Documentos: Imagen de la placa y artículo de Juan Miguel Baquero en Eldiario.es. Aljarafedigital (Nicolás López). Ayuntamiento de Benacazón: El sueño del Carpintero
En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española
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