En MEMORIA de Raimundo FLORES, Timoteo MARTÍN y Valentín MARTÍN, de la Sociedad de Trabajadores de la Tierra de Olmo de la Guareña, ASESINADOS por franquistas en 1936

Sociedad Obrera de Olmo de la Guarenna word pressLa Sociedad de Trabajadores de la Tierra de Olmo de la Guareña (Zamora) se constituyó en marzo de 1932, a finales de ese año tenía 82 afiliados. Durante el bienio derechista de 1933-35, la patronal agraria presionó a los sucesivos gobiernos para que revirtieran las políticas agrarias sociales de 1931-33. Tras la victoria electoral del Frente Popular en 1936, el nuevo gobierno retomó la legislación social y laboral que hasta ese momento había sido incumplida por los patronos con la complicidad de muchos ayuntamientos.

Esto provocó la desafección definitiva de los patronos hacía la vía democrática, evolucionando hacia posiciones fascistas. Elementos derechistas comenzaron con las provocaciones. El 1 de mayo de 1936, jóvenes obreros de Olmo asistieron a un baile organizado en Cañizal, siendo amenazados por fascistas con armas de fuego, por lo que decidieron regresar a Olmo. El 21 de mayo, en Vallesa de la Guareña, varios falangistas agredieron a golpes a Pascual Griñón Díez, de 20 años, afiliado a la Sociedad Obrera. Los hermanos mayores de Pascual, Teodoro y Francisco, fueron tiroteados. Teodoro fue herido de varios hachazos, y Francisco recibió un disparo en la cabeza.

Tras el golpe rebelde del 18 de Julio, los golpistas comenzaron las incursiones, que no excluían las detenciones e incluso ejecuciones, lo que concuerda con las primeras detenciones en el cercano pueblo de Vadillo de la Guareña el 26 de julio, 6 días después de que se perpetraran los primeros asesinatos en la cercana localidad de Torrecilla de la Orden. Los asesinos y enterradores guardaron el secreto sobre el lugar en que enterraron a sus víctimas. También fueron asesinadas una o dos mujeres de Castrillo de la Guareña.. El párroco Eustaquio Barrado contaba que “a los 8 o 10 días del movimiento salvador de España los falangistas fuimos a hacer registro en Olmo”.

En Olmo ocuparon el inmueble de la sede de la Sociedad Obrera: “Entre las casas que registramos una fue la de los Maestros, que se negaron a saludarnos con la mano en alto y a gritar viva España. El 25 de Julio, en una localidad no muy lejana, Valdeperdices, el maestro Ildefonso Jambrina fue acribillado a tiros en su propia casa. La maestra del pueblo, Isabel Castro Sogo, fue intimidada y amenazada y, según el párroco Eustaquio Barrado, «se la apuntó con las armas y si no es mujer se la hubiera fusilado aquella noche».

El 23 de septiembre, 3 obreros afiliados a la Sociedad de Trabajadores de la Tierra de Olmo de la Guareña, Raimundo Flores García (56 años, primer presidente de la Sociedad), Valentín Martín Flores (28 años, 2º presidente) y Timoteo Martín Almaraz (33 años, vicepresidente), fueron detenidos por falangistas, trasladados fuera del pueblo y asesinados en un lugar desconocido. Estos honrados trabajadores fueron asesinados por el su papel directivo en la Sociedad.

No se conoce con certeza el lugar en el que Raimundo, Valentín y Timoteo fueron enterrados. Podría ser el paraje “Las Cumbres”, o un lugar cercano, entre Alaejos y Castrillo de la Guareña. O bien junto a una pared del cementerio de de Torrecilla o el de Castrillo. La 3ª hija de Raimundo, domiciliada en Hornillos (Salamanca), se atrevió a reclamar el cuerpo de su padre pero no solamente no le fue entregado sino que fue amenazada.

La confusión en torno a los lugares de asesinato y enterramiento de las víctimas es un fenómeno habitual en la represión ejecutada en esta zona limítrofe entre las tres provincias. Por ejemplo, 4 vecinos de Torrecilla de la Orden habrían sido asesinados en Vallesa de la Guareña, y un matrimonio de Alaejos en el cementerio de Torrecilla. Orosia Castán y Ricardo Bedera han señalado la existencia en esta zona de numerosos lugares de enterramiento fuera de los cementerios: el Tablón, la Fuente del Agua, el camino de Torrecilla a Tarazona, la Cuesta de la Perdiz, un pinar entre Carpio y Castrejón..

El régimen franquista se implantó por medio de una violencia que propició la extorsión y la rapiña en un clima de impunidad favorecido por el terror, la exclusión y la discriminación de los familiares de las víctimas. La eliminación de las organizaciones de clase propició la indefensión de los asalariados del campo frente a la explotación laboral, y esta clase social cuyo descabezamiento había sido uno de los móviles principales de la sublevación fascista recibió el golpe de gracia con la política del régimen. Jornaleros y pequeños propietarios padecieron un empobrecimiento generalizado.


Originales: Foro por la Memoria de Zamora (blog y Facebook)


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española