SEVERINO RIVAS BARJA, alcalde REPUBLICANO de Castro de Rey (Lugo) y Socialista. Fue ASESINADO por sicarios falangistas en Portomarín (Lugo), en 1963

Severino Rivas Barja word pressSeverino Rivas Barja nació en Loentia (Lugo) en 1875. Era labrador, enviudó a finales de la década de 1920, y envió a su hijo menor, Darío Rivas, con 8 años, a Argentina, donde ya residían sus hermanas mayores. Hombre de extensa cultura y vinculado al PSOE, tuvo una destacada vida política, que incluye su militancia contra la dictadura del general Primo de Rivera a favor de la II República Española. En 1931 fue elegido presidente de la Agrupación Socialista Agraria de Castro de Rei.

Compartía los ideales del Frente Popular (febrero de 1936), y fue elegido democráticamente alcalde de su pueblo, Castro de Rey (Lugo), el 9 de mayo de 1936. Producida la insurrección de un sector del ejército rebelde en julio de 1936, en pocos días los sublevados ocuparon Galicia y específicamente la provincia de Lugo, siendo preponderante allí la actuación de los mercenarios de falange.

El 29 de julio del mismo año 1936 se personó la guardia civil en las dependencias municipales de Castro de Rei para destituir y detener al alcalde Severino Rivas, junto a los demás miembros de la corporación municipal, cumpliendo una orden de la falange, acusados de traición a la patria y tenencia ilícita de armas. Severino estuvo apenas 3 meses en el cargo.

El expediente procesal de Severino Rivas menciona su ingreso a la prisión provincial de Lugo el 26 de Agosto de 1936, y su liberación el 29 de octubre de ese año, por orden del gobernador militar de Lugo. Lo habían pedido los vecinos y el sacerdote del lugar. Ese mismo día Severino fue asesinado junto a la capilla de Cortapezas, en la localidad de Portomarín, junto con un combatiente de las guerrillas Republicanas. La partida de defunción fija su deceso “por hemorragia profunda por proyectil de arma de fuego en la margen derecha de la carretera que va de Lugo a Portomarín”. Fue enterrado anónimamente en una fosa común en lo que hoy es el cementerio de Cortapezas.

Durante más de 50 años, Darío Rivas intentó por todos los medios encontrar los restos de su padre. En 1994, durante un viaje de Darío a España, un antiguo vecino de Portomarín le proporcionó los datos que le permitieron hallar el lugar de enterramiento. Después de largas gestiones, y con la intervención de la ARMH, los restos de Rivas Barja fueron finalmente enterrados en el panteón familiar de Loentia en agosto de 2005. Su hijo, de 85 años, pudo finalmente completar una búsqueda que le había llevado más de 2 tercios de su vida.


Documentos: El Plural (Cecilia Guzmán). Wikipedia. Imagen original de luzes.gal


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