JOAQUÍN CALIXTO HEREDIA GUERRA, entrenador de la Selección Española de fútbol, masón, REPUBLICANO, ASESINADO por franquistas en La Mata del Moral en 1936

Joaquin Calixto Heredia Guerra word pressJoaquín Calixto Heredia Guerra, hijo de Rafael y Pilar, nació en Madrid en 1895. Era funcionario de la administración de Hacienda, católico, presidente de la Cruz Roja de León, tenía la Orden al Mérito Militar. Casado con Julia Bravo Martín se trasladó a León a trabajar en la Compañía del Norte de los Caminos de Hierro. En 1923 Fue entrenador de la Selección Española de fútbol: En encuentro contra la selección francesa, España venció por 3-0, y contra la selección belga perdió por 0-1. Joaquín entró en política durante la República en el partido de Azaña, Acción Republicana, como tesorero local en 1933, partido del que se desvinculó al integrarse en Izquierda Republicana.

Cuando se sublevó el Ejército el 20 de julio de 1936 en León contra las autoridades Republicanas, ayudó a los heridos de los 2 bandos creando un ‘banco de sangre’. Joaquín fue encarcelado el 15 de septiembre de 1936 en la Prisión Provincial de León y posteriormente en el tenebroso campo de concentración de San Marcos “por tratarse de un individuo peligroso por sus ideas extremistas”. Fue acusado por motivos absurdos. Ser masón, extremista, haber presidido un mitin de Manuel Azaña en febrero, recaudar dinero para Izquierda Republicana.

Sometido a juicio sumarísimo, Heredia negó todas las acusaciones, aceptando que había acudido al mitin de Azaña pero que no lo había presidido. El Inspector Jefe de Hacienda como el de la compañía de ferrocarriles alabaron su diligencia, seriedad y buen hacer; junto con personas de la ciudad de reconocido prestigio y adhesión al pronunciamiento, como el catedrático director del Instituto de Segunda Enseñanza, Mariano Berrueta, el capitán de infantería Manuel Pellitero, y el periodista ‘Lamparilla’, Carmelo Hernández Moros, encargado de publicar el boletín militar del 25 de julio de 1936.

A finales de octubre fue exonerado al no demostrarse los cargos y puesto en libertad. El juez militar le dejó a disposición del Delegado de Orden Público de los sublevados Luis Medina Montoro, uno de los carniceros más notorios del momento, muy católico, que dejó ‘hacer’ a los irregulares falangistas y tradicionalistas, sin mirar por nadie y sin compasión por las víctimas, destacado en todo el período de represión su especial obsesión con los masones. Heredia fue recluido de nuevo en San Marcos.​

El 21 de noviembre de 1936 fue ‘sacado’ de San Marcos por elementos falangistas en connivencia con las autoridades civiles y militares franquistas de León. Dos carceleros llamaron a Heredia, quien se dispuso a recoger el hatillo. «¿Para qué, si para donde va no lo va a necesitar?» Fue como una revelación. Heredia se resistió «¡Me van a matar! ¡Me van a matar! Los carceleros fueron a por él, le redujeron y le sacaron a rastras. Fue asesinado en la finca, «La Mata del Moral» (león), propiedad del terrateniente Octavio Álvarez Carvallo, y arrojado a la infame fosa de Mansilla de las Mulas, en la que acabaron desapareciendo cientos de personas en los primeros meses de la Guerra Civil Española. Mucha gente ha recordado durante años la llegada nocturna de camiones y las descargas inmediatas de la fusilería.

Su viuda quedó espantada, su marido tirado en un monte de donde jamás podría sacar su cuerpo, los franquistas no querían que se descubriera. El cuerpo del seleccionador cuyo cuerpo aún sigue a día de hoy desaparecido en una gran fosa común de las que está repleta la provincia de León. Heredia fue asesinado por masón, con ese afán ‘ejemplificador’ y de ‘limpieza de autoridades’ que supuso la barbarie irracional del bando franquista.

En cada gremio, en cada institución, hay al menos un ‘ilustre paseado’ un ‘modelo de escarmiento’ para el resto de los funcionarios o trabajadores. Pio Álvarez Rodríguez en la fundación Sierra Pambley, Joaquín Heredia en Hacienda y en la Cruz Roja, Orestes Vara Lafuente en Correos, Fernando Morán en la Delegación de Trabajo, Julio Marcos Candanedo, Luis Vega Álvarez o Rafael Álvarez García como 3 más entre los numerosos maestros nacionales e inspectores de Primera Enseñanza, Esteban Zuloaga entre los abogados del Estado, Manuel Santamaría Andrés entre los catedráticos de Instituto, Aquilino Huerta del Río en el Ayuntamiento, etcétera”. Las víctimas no fueron elegidas al azar. Así funciona el terror, como si se tratara de ‘una inevitable, aséptica y quirúrgica amputación que evitará que el cáncer se extienda por todo el cuerpo (o nación)’, que esgrimían los golpistas”.


Documentos: Wikipedia. Ileon ( Jesús María López de Uribe). Líbero (Diego Barcala). Y los libros de José Luis Gavilanes Laso: «Un paseado en tierras de León» y ¿Qué fue de Joaquín Heredia?


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española