En 1936, rebeldes franquistas FUSILARON en Sevilla, y después arrojaron a la fosa Pico Reja, al COMUNISTA FRANCISCO PORTALES CASAMAR

Francisco Portales Casamar word pressMaría Luisa Hernández, vecina de Dos Hermanas, es familiar directa de uno de los más de 4.500 asesinados durante la Guerra Civil y la dictadura cuyos restos yacen en varias fosas comunes del cementerio de San Fernando de Sevilla y a cuya localización y exhumación se ha comprometido formalmente el Ayuntamiento. Entre las víctimas se encuentran una treintena de concejales Republicanos. María Luisa forma parte del colectivo de familiares que desde octubre de 2007 viene concentrándose el último sábado de cada mes en la plaza de la Gavidia de Sevilla para exigir la localización de los cuerpos y la reparación de su honor.

Esta es, sucintamente, la trágica historia familiar de María Luisa: Su abuelo materno Francisco Portales Casamar, empleado del Ayuntamiento de Sevilla en 1936 (jefe del matadero), fue detenido el 11 de agosto y fusilado el 23 de agosto, en las murallas de la Macarena, y sus restos se encuentran al parecer en la fosa Pico Reja del cementerio de Sevilla”. Su bisabuelo Francisco Portales Sirgado, maestro jubilado, ingresó como preso en tránsito en la prisión vallisoletana donde varios guardias le propinaron una brutal paliza por enseñar a leer a otros presos. Era el 18 de marzo de 1941. Falleció ese mismo día a las 3 de la madrugada. Sus restos fueron depositados en la fosa de los pobres del cementerio municipal de El Carmen. Y a continuación, el silencio y el silencio. María Luisa pudo por fin encontrar los restos de su bisabuelo 82 años después del golpe rebelde fascista.

Francisco Portales Casamar tenía 35 años, había nacido en Zahínos (Badajoz), estaba casado y tenía 2 hijos. Era oficial primero del Cuerpo General de la Administración de Sevilla estando destinado en el Matadero Municipal. Francisco Portales era comunista aunque no hacía política en el Matadero. El día 18 de Julio avisó a los empleados que se marcharan al Sindicato de Transporte para defenderlo. Junto con 12 o 14 personas que portaban armas cortas, se subieron al camión en el Cerro del Águila para que los trasladara a Sevilla. El día 23 hallaron en su mesa varios documentos de la organización comunista y anarquista, sellos, listas de cotizaciones y actas sobre sus actuaciones políticas.

Al día siguiente Francisco Portales fue detenido junto a su cuñado Rafael Herrera Mata e ingresados en la prisión provincial. Durante su primer interrogatorio afirmó que salió del establecimiento sobre las 2 de la tarde al terminar su jornada laboral y pidió a un chófer que lo acercara a su casa del Cerro a lo que accedió el empleado de buena gana, pero al llegar y aparcar el camión unos hombres que desconocía les obligaron a regresar al Matadero. En la cárcel se interrogó de nuevo a Francisco Portales, en presencia del Secretario y el Juez Instructor, reafirmándose en las declaración anterior.

La vista del Consejo de Guerra contra Francisco Portales se celebró el 20 de agosto. El abogado defensor de Portales basó sus alegatos en que no había testigos que le acusasen, en que el acusado tenía una esposa en cinta con 2 hijos más y en que el Tribunal estaba formado por católicos, caballeros y militares. El extenso relato del procedimiento a que fue sometido Francisco Portales es una prueba más de la injusticia con la que los acusados comparecían ante los tribunales militares, al margen de las declaraciones inculpatorias o faltas de pruebas, cuando una simple denuncia era motivo suficiente para argumentar todo un artificio legal que condujese a una sentencia condenatoria como se pretendía.

La sentencia contra Portales fue pronunciada el mismo día, dando por probado todos los hechos y siendo condenado a la pena capital. El pelotón lo ordenó el Jefe de Estado Mayor de Servicio, compuesto por un oficial y 20 hombres. A las tres de la madrugada Portales del 23 de Agosto, Francisco Portales fue entregado a los fusileros franquistas y sin ningún contratiempo se efectuó su fusilamiento. Su cuerpo fue trasladado al Cementerio para inhumarlo en la Fosa Común.


Documentos: El Plural (Ana Isabel Cerro). Todos los Nombres (José Díaz Arriaza)


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española