El general DOMINGO BATET MESTRES se negó a secundar la rebelión fascista de 1936 manteniéndose leal a la REPÚBLICA, por lo que franco le hizo FUSILAR en 1937

Domingo Batet Mestres word pressDomingo Batet Mestres, hijo de Domingo y de Buenaventura, nació en Tarragona en 1872 en una familia conservadora, católica, dedicada al comercio de la madera en la que no había militares. Ingresó en la academia militar en 1887. En 1895 partió como teniente voluntario a la Guerra de Cuba, participó con el batallón provincial de La Habana siendo ascendido a capitán por méritos de guerra. Señaló que la causa de la derrota, más que la presencia naval estadounidense, había sido el deseo del pueblo cubano de acceder a su independencia. En 1915 ascendió a teniente coronel, en 1919 a coronel, en 1925 a general de brigada, y en 1932 a general de división.

Fue nombrado juez de los procedimientos motivados por el expediente Picasso tras el desastre de Annual, escribiendo un informe sobre los altos mandos del ejército español en Marruecos, en el que Franco no quedó muy bien parado. En los primeros momentos de la dictadura de Primo de Rivera, Batet aceptó el nuevo régimen. Sin embargo, en 1926 fue detenido y procesado acusado de complicidad en el intento liberal de alzamiento militar contra la dictadura conocido como la Sanjuanada. En julio de 1931 la República le nombró capitán general de Cataluña y general en jefe de la IV División Orgánica.

Al producirse la insurrección de la Generalidad el 6 de octubre de 1934, el Gobierno Lerroux encargó a Batet que declarase el estado de guerra. Franco le ordenó que entrara en el Palau de la Generalitat a sangre y fuego y que aplastase con dureza el movimiento secesionista. Sin embargo Batet procedió con cautela y dominó la situación con el mínimo de destrucción y violencia, actitud que le valió ataques de ambos bandos: de la derecha y de algunos sectores militares por un lado y de los insurrectos por otro. Francesc Carbó, Bisnieto del general Batet, explica que no era catalanista, pero entendió la realidad del país y defendió la legitimidad del gobierno autonómico ante el constante ruido de sables

El 13 de junio de 1936 fue designado por el Gobierno de Casares Quiroga general en jefe de la VI División Orgánica de Burgos. Durante los preparativos de la sublevación militar tomó una postura contraria. El 16 de julio de 1936 se entrevistó en el monasterio de Irache con su subordinado, el general Emilio Mola, uno de los principales conspiradores, pidiéndole su palabra de honor de que no participaría en la sublevación, que Mola efectivamente le dio. El 18 de julio, después de estar anunciado el levantamiento contra la República, Batet intentó disuadir en conversación telefónica a los sublevados, no accediendo a la petición del coronel Moreno Calderón, su jefe de Estado Mayor (y posterior integrante de la Junta de Defensa Nacional), de ponerse al frente de la guarnición sublevada. En la madrugada del 19 de julio el general Batet decidió rendirse cuando los rebeldes emplazaron cañones frente al edificio de la división, siendo detenido por sus propios subordinados, el teniente coronel José Aizpuru Martín-Pinillos y el comandante Antonio Algar Quintana.

Procesado en consejo de guerra presidido por el general Ángel García Benítez, la sentencia le acusó de «adhesión» a un Gobierno que estaba fuera de la ley y de «contrarrestar el alzamiento militar». Fue condenado a la pena de muerte por traición y rebelión. Fusilado en Burgos el 18 de febrero de 1937, Batet se enfrentó a la muerte con gran serenidad. Ante el piquete reiteró su fe de cristiano y español. Hacía un frío helador a las 7 de la mañana. Algunos integrantes del pelotón de fusilamiento tiritaban ante aquel hombre que había sido su jefe, al que habían admirado y respetado.

El historiador Hilari Raguer, biógrafo de Batet, sostiene que su ejecución fue una venganza de Franco por su comportamiento prudente durante la declaración del Estado Catalán en el 34, así como por el ‘Expediente Picasso’, en el que acusó a Franco de corrupto y de unas cuantas cosas más: “El comandante Franco, del Tercio, tan traído y llevado por su valor, tiene poco de militar, no siente satisfacción de estar con sus soldados, pues se pasó 4 meses en la plaza para curarse de enfermedad voluntaria, que muy bien pudiera haberlo hecho en el campo, explotando vergonzosa y descaradamente una enfermedad que no le impedía estar todo el día en bares y círculos”. Raguer sostiene que “Franco se creyó el héroe del 6 de octubre, pero dieron la Cruz Laureada de San Fernando a Batet, él que tanto la deseaba desde los tiempos de sus éxitos en Marruecos. Finalmente, se la autoconcedió él mismo cuando ya era Caudillo”.


Documentos originales: Wikipedia. Diccionario Biográfico Español (Emilio Montero Herrero). Diario de Burgos. La Vanguardia (Jaume Pi). Cartas del Mediodía (Antonio Valvidal)


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española