ARTURO MENÉNDEZ LÓPEZ, artillero REPUBLICANO, ASESINADO en Pamplona en 1936 por los rebeldes franquistas en homenaje al golpista Sanjurjo

Arturo Menendez Lopez word pressArturo Menéndez López nació en 1893. Hizo la carrera militar y llegó al rango de capitán de artillería; también era piloto; sus hermanos eran el general Republicano Leopoldo Menéndez, y el comandante Emilio Menéndez, que fue Comisario General de Orden Público de Cataluña durante la guerra. A finales de 1930 formó parte de la conspiración Republicana contra la Monarquía. Tras la proclamación de la II República, acompañó a Azaña el 14 de abril de 1931 a tomar posesión del Ministerio de la Guerra, en el Palacio de Buenavista de Madrid. El gobierno provisional de la República lo nombró Jefe Superior de Policía de Barcelona.

En 1932 el gobierno Azaña le nombró Director General de Seguridad. Al frente de este puesto tuvo un destacado papel durante «la Sanjurjada» el 10 de agosto de 1932, logrando desactivar la intentona golpista gracias al trabajo de inteligencia previo, y a la valentía con la que Menéndez hizo frente en Madrid a los conjurados, al mando de los guardias de Asalto.​

Con motivo de los sucesos de Casas Viejas de febrero de 1933, hubo de dimitir por la enorme presión a la que se vio sometido. La investigación parlamentaria y judicial dejaron claro que no fue responsable de los hechos, lo que hubo fue deslealtad de algunos oficiales para dañar la imagen de la República y de Manuel Azaña. Una investigación reciente, con documentación de primera mano de Tano Ramos (El caso Casas Viejas. Crónica de una insidia (1933-1936). XXIV Premio Comillas. Tusquets Editores. Barcelona 2012), aclara la irreprochable conducta de Arturo Menéndez.

El 18 de agosto de 1933 fue nombrado Delegado especial del Estado en el Consorcio de la zona franca de Barcelona, por el prestigio de que gozaba entre las autoridades catalanas, y sus buenas relaciones con los dirigentes de ERC, partido que había defendido la inocencia de Arturo Menéndez desde el primer momento. Tras la llegada de Alejandro Lerroux a la presidencia del gobierno presentó su dimisión del cargo, que le sería aceptada con fecha 8 de enero de 1934. Tras la insurrección de Asturias de octubre de 1934 fue detenido, al igual que Manuel Azaña, con la falsa acusación de estar involucrado en la “rebelión”. Fue puesto en libertad sin cargos poco después, pero quedó en evidencia la animosidad que había contra Arturo Menéndez, tanto por parte del gobierno radical-cedista como de determinados jueces.

En mayo de 1936 fue nombrado Comisario del Estado en la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste. Cuando el 18 de julio se produjo el golpe de estado contra la República, Menéndez López se encontraba en Barcelona en viaje oficial. De modo inmediato decidió viajar a Madrid en el tren expreso Barcelona-Madrid, acompañándole el diputado por Girona de Esquerra Republicana y subsecretario del ministerio de Trabajo, Joan Casanellas. Ambos Republicanos fueron detenidos de madrugada en Calatayud. La captura de Menéndez estaba entre las prioridades del Mola.

Fue llevado a Zaragoza y sometido a brutales torturas, hasta que, a finales del mes de julio, el general Cabanellas ordenó su traslado al Fuerte de San Cristóbal en Pamplona. Joan Casanellas fue canjeado por un aristócrata catalán preso en Barcelona. Arturo Menéndez fue asesinado el 5 de agosto de 1936, tras ser sacado de la prisión y conducido a una de las zonas habituales de “paseos” en aquellos meses de terror. Manuel Azaña mostró su desolación: “Mi desventurado amigo Arturo Menéndez, que tan inmerecida y cruel muerte, precedida de horribles suplicios, ha encontrado en las garras de los rebeldes».

El capitán Arturo Menéndez tenía 43 años en el momento de su asesinato, estaba casado y tenía 2 hijos menores, Juan y Adela. Sus restos siguen en alguna cuneta de Pamplona, asesinado para conmemorar el 6º de la “Sanjurjada” como lo anunció por radio el borracho Queipo de Llano. Su familia, al igual que la de tantos miles de víctimas de la represión franquista, todavía en cunetas o fosas comunes, no ha recibido reparación alguna por parte del régimen del 78.


Documentos: Isabelo Herreros (Infolibre, Asociación Manuel Azaña). Crónica Popular (Félix Población)


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española