Una ráfaga. Un estruendo. Cristales destrozados y una vida rota. Mikel Arregi tenía 32 años, viajaba en coche con unos amigos, y de repente se terminó todo. El 11 de noviembre de 1979, la guardia civil descargó una lluvia de balas sobre el vehículo en el que se desplazaba Mikel. Según la versión oficial el coche, en el que viajaban 5 personas, no se detuvo a la señal de alto, motivo suficiente para acribillarlos. El crimen se cometió cuando el vehículo cruzaba el pueblo de Etxarri Aranatz, a la altura del antiguo cuartel del municipio. Seguir leyendo