El “Cervera” había entrado en dique seco para trabajos de mantenimiento en los que también se inutilizó la radio del buque. El 20 de Julio de 1936 entró de oficial de guardia el Teniente de Navío Luis Sánchez Pinzón. Hacia el mediodía, Sánchez Ferragut se reunió con otros comandantes de buques y jefes de cuerpos que le propusieron la adhesión a la insurrección contra la República, pero Ferragut temía que la dotación del “Cervera” no le obedeciese. Fue la única voz discordante en esa reunión junto con la del coronel Jefe del Servicio de Máquinas Manso Díaz. Sánchez Ferragut se desanimó más aún a sublevarse tras la entrevista con el contralmirante de la Armada Antonio Azarola Gresillón.
Cuando Ferragut llegó a bordo del crucero ordenó volver a montar todas las piezas de las máquinas de propulsión. Cuando los rebeldes abrieron el tiroteo dentro de la base, Sánchez Ferragut ordenó posiciones defensivas; algunos marineros se fundieron en abrazos dentro de la base con un gran número de hombres y mujeres dando “vivas” a la República y a la Libertad. La dotación del Cervera se dispuso a la defensa del barco contra los ataques fascistas. El día 21 en el Cervera se recibió orden del rendición del almirante del Arsenal bajo amenaza de bombardeo. Los sublevados en Ferrol querían evitar a toda costa que la radio del crucero Cervera funcionase, aislando al buque de las órdenes del gobierno de España.
Pero en el “Cervera” ya funcionaba desde hacía horas la estación radio. Luis Sánchez Pinzón, junto con su dotación, cumplieron con su deber manteniéndose a favor de la República. Pinzón y la dotación leal del Cervera, habían entregado al personal de la radio del buque, las piezas y esquemas para establecer la comunicación radiotelegráfica con el Ministro de Marina Giral, en Madrid. El Gobierno de la República ordenó “la baja en los escalafones con pérdida de todos sus derechos, los generales, jefes y oficiales de esa Base Naval, quedando relevado de toda obediencia y subordinación el personal de inferior categoría. De los servicios que con este motivo queden abandonados se encargarán las personas de probada lealtad. De esta orden se dará lectura al personal de buques y dependencias colocándola en lugar visible”.
Los fascistas continuaron el ataque sobre el Cervera, y un ardid de guerra inclinó definitivamente la balanza del lado de los sublevados. El “Cervera” recibió un radio enviado por los sublevados en la frecuencia de la emisora Republicana: “Imposible enviar aviación, evite efusión de sangre.” El engaño surtió efecto. Sánchez Ferragut autorizó a redactar la rendición, que incluía la condición de que “no se tomarían represalias contra la dotación del buque, con el fin de evitar el derramamiento de sangre inútil”. El crucero pasó a manos de los sublevados y la dotación quedó detenida. Y por supuesto los sublevados no cumplieron el acuerdo.
El 20 de Agosto se sometió a consejo de guerra al teniente de navío Luis Sánchez Pinzón, que fue condenado a pena de muerte bajo la acusación de “desobediencia a un superior al frente de rebeldes y sediciosos”. El 22 de agosto, una vez recibido el “enterado”, fue asesinado por fusilamiento en la galería de tiro del Parque del Arenal de la Base de Ferrol. Luis Sánchez Pinzón era natural de Morón (Sevilla), estaba casado y tenía 29 años. Junto a él fueron fusilados otras 5 personas: Obreros de la Constructora Naval, militantes de partidos políticos y sindicatos; y un concejal del Concello de Fene.
El 11 de Septiembre el consejo de guerra contra el comandante Juan Sandalio Sánchez Ferragut le condenó a pena de muerte, lo que fue confirmado por el “general” Mola el 17 de Septiembre. El comandante del crucero “Almirante Cervera”, Juan Sandalio Sánchez Ferragut, fue fusilado en la punta del Martillo, en el Arsenal, el 25 de Septiembre. Dejaba esposa, que estaba ciega, y 4 hijos. También fueron asesinados otros 10 miembros de la dotación: Auxiliares, marineros y cabos. Las actuaciones represivas de la justicia militar nazionalista contra la tripulación del “Cervera” se prolongaron hasta el final de la guerra.
La II República fue fruto de la lucha pacífica de multitud de españoles que querían ser soberanos de su país. Después de muchos siglos de caída en un abismo de pobreza, incultura, desigualdad, injusticia y abuso, los poderes del anterior régimen, vencido en las urnas, no le dieron a la II República ni unos meses de reposo. Prepararon un ambiente de mentiras, tensión y miedo, y comenzó la guerra sucia, como preparación para el uso de la fuerza militar con un objetivo: Destruir a la II República. Los Republicanos fueron arrasados por quienes tenían la obligación de defenderlos: Las Fuerzas Armadas.
Documentos: Nueva Tribuna y Milicia y Democracia (Arturo Maira Rodríguez, Capitán de Navío de la Armada Retirado. Portavoz del Manifiesto en contra del franquismo en la Fuerzas Armadas. Presidente de la Asociación por la Memoria Militar Democrática. memoria@militaresantifranquistas.org). Asturias Republicana (Marcelino Laruelo). Imagen coloreada por Tina Paterson
En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española