Tras el golpe del 36, el 21 y 22 de julio, el alcalde y el Ayuntamiento Republicano de Nigüelas, en valle de Lecrín, fueron suspendidos pasando su gestión a manos de una Comisión gestora «militar» fascista. La represión franquista contra los Republicanos no tuvo un carácter espontáneo. Grupos paramilitares falangistas iniciaron las detenciones ilegales, trasladando a otros municipios para ser asesinadas a las personas que consideraban contrarias a la sublevación, y arrojando a fosas clandestinas a las víctimas, para que sus allegados no pudieran saber en qué lugar yacían los cuerpos sin vida de sus seres queridos.
Los franquistas actuaron en Nigüelas con extrema violencia, los falangistas tenían una lista negra de 50 personas, principalmente afiliados a la sociedad Sociedad Obrera “El Abuelo,” sindicato de la FETE-UGT. Las personas eran asesinadas sin haber tenido proceso judicial alguno, y no eran inscritas en los libros de defunciones de los registros civiles. Tres hombres y una mujer, vecinos de Nigüelas, fueron asesinados el 23 de septiembre de 1936 después de ser detenidos ilegalmente por un grupo de falangistas y trasladados hasta al Barranco de los Hijones en Melegís, donde les fueron arrancadas sus jóvenes vidas y arrojados a una fosa. Los cuerpos pudieron exhumarse sin ayuda institucional ni técnica por los familiares de las víctimas en 1981, para trasladarlos al cementerio de Nigüelas.
Otras víctimas fueron detenidas cuando trabajaban en la sierra, como Antonio Sáenz, agricultor de 40 años, que fue denunciado por un vecino, por estar afiliado a “El Abuelo”. La guardia civil lo detuvo, le dio una paliza en el cuartelillo, lo fusiló y arrojó su cuerpo a una fosa común. Hubo ejecuciones extrajudiciales en los que los ejecutores argumentan que la víctima hizo caso omiso al alto que le dieron en un apostadero, y por lo tanto le dispararon. Entre las víctimas, hay un hombre adulto, que fue asesinado cuando intentaba escapar por el tejado de su casa, donde los pistoleros se presentaron de madrugada para detenerlo.
Igualmente el maestro de Alhendín, Ángel Matarán de 49 años, fusilado junto a su primogénito Alfonso Matarán, también maestro, el 13 de agosto de 1936, acusado por los franquistas de retirar los crucifijos de su escuela, como ordenaba el principio de enseñanza laica en una circular del Ministerio de Instrucción Pública. El párroco lanzó una soflama contra Ángel Matarán, provocando la reacción violenta de los vecinos ultracatólicos, que asaltaron la escuela reinstalando los crucificos y persiguiendo a Ángel. La madre, Justa de Vicente, también maestra, fue apartada de la enseñanza, acusada de ser viuda de un “maestro rojo”.
En 1947, seis personas procedentes de Órgiva, Bubión, Capileira o Almegíjar, fueron detenidas por la noche en sus domicilios mediante redada de la guardia civil, trasladadas al río Torrente próximo a Nigüelas, y fusiladas de forma extrajudicial. Entre ellos, un hombre de 60 años, que fue asesinado simplemente por sus ideas de izquierdas, por no ser una persona religiosa, y como represalia porque no pudieron matar a su hijo, que había huido a la sierra. El cura de Mondújar lo había denunciado a la guardia civil bajo falsas acusaciones
A las personas ejecutadas extrajudicialmente entre los años 1936 y 1948 por falangistas y guardia civil se les arrojó a 2 fosas comunes y varias individuales excavadas en espacios temporales diferentes. El equipo multidisciplinar ArqueoAntro, dirigido por el arqueólogo Miguel Mezquida y el antropólogo Javier Iglesias, ha recuperado 12 cuerpos de una fosa común ubicada en el cementerio de Nigüelas, que se suman a otros 8 localizados anteriormente, total 20 víctimas del franquismo.
La fosa principal tiene 16 metros de longitud, 80 centímetros de ancho y una profundidad de 1,20 metros. Los cuerpos se distribuyen en varias secuencias de enterramiento, correspondiendo a grupos de víctimas de varias fechas, según el sistema de “fosa abierta” a la que iban arrojando cuerpos, unos encima de otros. Los camiones transportaban los cadáveres tras ser fusiladas en otros emplazamientos o en las proximidades del cementerio.
Todas las víctimas muestran signos de violencia, algunas estaban maniatadas y con el impacto de un proyectil en el cráneo, 2 víctimas eran jóvenes de unos 18 años. El momento más desgarrador fue la aparición del cráneo de un joven, entre 14 y 16 años con un tiro de gracia en la nuca con pistola a corta distancia, y varios impactos de bala en las piernas. El historiador Alfredo Ortega nos dice: “Este macabro hallazgo nos da una idea de la crueldad extrema que utilizaron la guardia civil y los pistoleros de falange para reprimir a los vecinos de Nigüelas y otros pueblos de la comarca”.
En la navidad de 1948, un vecino de Mondújar fue detenido, asesinado en el río Torrente, y enterrado en el cementerio de Nigüelas. La Asociación Científica ArqueoAntro sospecha que, además de las fosas de 1936 y 1947, hay otra con víctimas fusiladas en 1948 durante la 3ª oleada de la brutal represión franquista.
Documentos originales: Andalucía información. El Comarcal de Lecrín (Delia Molina). El Independiente de Granada (Paco Vigueras). Víctimas y fosas de la represión franquista en el Valle de Lecrín (Granada), por Alfredo Ortega López. Imagen procedente de Tercera Información
En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española