Sencelles (Mallorca), 1936. PILAR SÁNCHEZ LLABRÉS, militante Socialista, fue violada, torturada, arrastrada por un coche, y rematada a tiros por una manada de falangistas

Pilar Sanchez Llabres word pressPilar Sánchez Llabrés nació en Palma (Mallorca) en 1903. Vivía en el barrio obrero de la Soledad. Estaba casada con Miquel Borel. Eran padres de 4 hijos y militaban en el Partido Socialista, circunstancia que Pilar llevaba de forma muy activa y apasionada. Pilar se dedicaba a vender comestibles en la actual plaza Mayor de Palma, donde manifestaba públicamente sus posiciones políticas, era una mujer de empuje que no se arrugaba ante las adversidades.

Cuando estalló la guerra tuvo que refugiarse en el domicilio de Joan Real, amigo de la familia y concejal del Frente Popular del Ayuntamiento de Palma. Días después, unos falangistas se llevaron de su casa a su esposo e hijos a la comisaría de policía, donde sometieron a Miquel a crueles interrogatorios para averiguar el paradero de Pilar. Su hija, Francisca Borel Sánchez recuerda «La sensación de terror y el daño que nos hicieron las beatas y los falangistas fue muy grande, oía los gemidos de mi padre».

Pilar Sánchez no sabía lo que estaba pasando, pero fue denunciada y detenida junto a Joan Real, quien al poco tiempo, fue asesinado junto al cementerio municipal de Porreres. A Pilar se la llevaron 4 falangistas en un automóvil hasta las barreras de la posesión de Son Ganyada. Bajaron a Pilar del coche, ésta se resistió cuanto pudo, la dominaron, la arrojaron al suelo, y la violaron uno tras otro. Después, la amarraron por los pies en la parte posterior del coche y la arrastraron por el camino. En la garriga de Son Palou la desataron y descargaron sobre ella 5 tiros de pistola hasta matarla definitivamente.

Hubo 2 testigos. Un hombre que estaba cazando, sintió el ruido del coche se asustó, se escondió suficientemente cerca como para verlo todo, años después hizo una descripción esmerada. El otro testigo lo contó al periodista Llorenç Capellà Fornés: Eran las 3,30 de la madrugada, oyó los insultos, y los gemidos de la mujer. Lo que vio por una rendija le heló la sangre, reconoció a Pilar y a los 4 hombres que la violaron y martirizaron. Tendida en tierra, rendida, le descargaron las pistolas encima. Muerta, la arrastraron por los pies hasta las puertas del cementerio.

A los 2 días, el 18 de Septiembre, el cuerpo de la víctima fue hallado por una persona detrás de unos arbustos. Tras avisar, unos falangistas trasladaron el cuerpo al cementerio, donde se practicó la autopsia que certificó que la causa de la muerte era arma de fuego. Después la arrojaron a la fosa común del cementerio.

Las irregularidades en el tratamiento de los hechos han demostrado que todo formó parte de un aparato represivo conformado por agentes franquistas: funcionarios, jueces, médicos, falange, juristas corruptos, delatores, todos implicados en el crimen. Después de la escalofriante muerte de Pilar, los franquistas soltaron a sus hijos, pero su esposo fue encerrado en la cárcel de Can Mir de Palma y pasó por diferentes campos de concentración mallorquines.


Información procedente de la Tesis Doctoral De Bartomeu Garí Salleras, La Repressió a Mallorca en el Transcurs de la Guerra Civil (1936-1939): Memòria d’una Eliminació Planificada


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española