LORENZO VICTORIANO AGUIRRE SÁNCHEZ, ASESINADO por los franquistas a garrote vil el 6 de octubre de 1942

Pintor, dibujlorenzo aguirre word pressante, caricaturista, escenógrafo, ilustrador y cartelista de enorme prestigio, destacó en varias exposiciones, vivió en París como artista y dibujante, ganó varios premios estatales e internacionales y al regresar a Madrid, ingresó en el PCE. En enero de 1930 se casó con Francisca Benito Rivas, con quien tuvo tres hijas. La paternidad y la República le ayudaron a vivir los años más dichosos y más fértiles de su vida. Tras exiliarse al terminar la guerra, su familia regresó a España en 1940 viendo cómo el pintor, al otro lado de la frontera, los despedía. Pero fue detenido en Irún en 1940, brutalmente torturado y encerrado en la prisión de Ondarreta. 

El día 16 de julio del año 1942, festividad de la Virgen del Carmen, tres niñas de siete, nueve y once años felicitaron a la hija del general Francisco Franco por su onomástica, le entregaron un ramo de flores y se hincaron de rodillas para pedir clemencia por el pintor Lorenzo Aguirre, que estaba condenado a muerte. La respuesta del franquismo se produjo 82 días más tarde: el 6 de octubre, Margarita, Susy y Francisca Aguirre supieron que su padre acababa de ser ejecutado. Trasladado a la cárcel de Porlier en Madrid en febrero de 1941, fue asesinado por garrote vil el 6 de octubre de 1942. Muchos años después se ha conocido que otros presos políticos de la cárcel de Porlier fueron obligados a contemplar la ejecución de aquel hombre bueno, alegre, comprometido con su tiempo y artista versátil, fulgurante y profundo.

Lorenzo Aguirre nació en Pamplona en 1884 y vivió parte de su infancia y toda su adolescencia en Alicante. Su pintura ofrecería siempre la mística gravedad navarra y la euforia luminosa del Mediterráneo. Su mirada distribuye en los lienzos la penumbra ancestral de la meditación y la eternidad súbita de la luz. A los retratos de Aguirre los ilumina la fraternidad; a sus paisajes la lentitud y la compasión. Y siempre, en los rostros de sus criaturas y sus paisajes comparece la alegría de los colores besándose los unos a los otros; la alegría que exhalan la presencia y las grietas de la vida. Porque pintar de verdad, con verdad, es un acto de gracias.

Su pintura está viva. Gracias a dos recientes y magníficas exposiciones subvencionadas por las autoridades de las Cajas de Ahorro de Navarra y celebradas en Pamplona y Madrid, e impulsadas por el talento y la bondad de Gregorio Díaz y Camino Paredes, mucha gente ha podido ver que la obra de Lorenzo Aguirre está viva y crece hacia la vida. Aguirre fue clandestino durante medio siglo, pero su pintura vive. Esa obsesión por la figura, que es una constante en su obra, y sus paisajes luminosos, es lo mejor de su pintura, lo más conmovedor. El consuelo nos agarra la garganta desde unos versos sabios de nuestro maestro don Antonio Machado: «Vivid, la vida sigue, los muertos mueren y las sombras pasan; lleva quien deja y vive el que ha vivido».


Publicado por Tomás Montero. Originales en quieneseran. Alicantinos


En MEMORIA de las mujeres y hombres del Ejército de la REPÚBLICA Española